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viernes, 18 de marzo de 2011

...felíz día papá...

...debido a que a partir de este momento no tendré ni un minuto libre y no quiero que se me pase el día, aprovecho y lo hago ya.
La entrada de hoy se la dedico al PAPÁ de Pía


... a mi padre


y por supuesto a mi MADRE porque mañana a parte de ser el día del padre es, el cumpleaños, el santo, el aniversario y todo de todo lo que se puede hacer ese día de la abuela de Pía (la poooobre, todo el mismo día y encima, eclipsada porque toda la vida ese día se ha hecho el típico regalito para el papá en el cole, con lo cuál, ella siempre en un segundo plano).


Ah...y puestos al caso, mañana también es el santo de mi futura PEPA! jajaja, un día muy especial.
Por todo eso y por mucho más muchísimas felicidades!!!

Pero como este es el blog de Pía, nos centraremos en su papá y queremos decirle que le queremos mucho y que ojalá todos los niños del mundo tuvieran un padre como tú. Nos dedica tiempo, mimos, juegos, noches, colabora en nuestras actividades diarias etc, algo que no debería ser excepcional pero que lo es y queremos agradecerselo desde aquí para que todo el mundo lo sepa.
Voy a adjuntar la carta que Curro escribió del nacimiento de Pía porque me encanta y la quiero compartir a modo de homenaje a sus primeros momentos de papá.

" Corría la madrugada del 21 al 22 de julio 2009, esa noche papá y mamá se fueron a la cama como cualquier otra. Yo, que estaba muy agustito en la barriga de mami, decidí que sería el ultimo día que pasaría allí dentro; y es que, de un tiempo a esta parte, venía notando que la pobre de mami estaba muy pesada y molesta conmigo dentro, ya que yo era una niña muyyyyyyyy grande; además, papá tenia unas ganas enormes de verme la carita y de comerme a besos, con lo cual, esa madrugada decidí que era el momento de nacer.
Como soy una niña muy limpia, igual que mi papa dicho sea de paso, decidí que lo primero que tenía que hacer era romper las aguas, que ya estaban muy sucias. A las 2 y 10 de la madrugada mamá se levanto a hacer pipí y al acostarse le di el susto: ella exclamó “Curro! creo que he roto aguas, me voy a duchar ahora mismo”, a lo que mi papá contesto “y yo? Me afeito?” Mamá, ante semejante contestación se quedo absolutamente perpleja, y decidió que además de ducharse se arreglaría el pelo, jeje, ella siempre tan coqueta, ojalá me parezca a ella cuando sea mayor.
Mamá le dijo a papá que cogiese el equipaje con mi ropita y nos fuimos los tres tranquilamente dando un paseo hasta el hospital materno infantil. Cuando llegamos eran las 2 y 50 de la madrugada. Pasamos los tres a una consulta donde una doctora muy simpática nos examinó a mami y a mí, a papa le obligaron a salir fuera. Mami, en aquel momento, ya  había dilatado un par de centímetros: había comenzado mi parto.
Nos subieron a una habitación donde esperamos a que papá, que estaba en el hall del hospital, le dejaran subir. Fue entonces cuando mamá empezó a sentir contracciones, al principio no le dolían demasiado pero luego la pobre lo pasó muy mal, hasta vomitó del dolor, a mi me daba penita, pero yo tenia que salir, que le iba a hacer. Papá la cogía de la mano y le daba mimitos, pero ni aun así se le pasaba, y es que eso que dice mi padre de que “no hay parto sin dolor ni hortera sin transistor” es una verdad como un templo.
Sobre las 6 y 30, mama ya había dilatado 3 cm, así que la matrona de planta decidió que era el momento de bajarnos a paritorio. Papá se tuvo que quedar de nuevo en el hall de la entrada, fue entonces cuando cogió el móvil y avisó a los abuelos. Sobre las ocho llegaron abuela Silvia y la madrina, un poquito mas tarde llegaron mis abuelos Tario y Nena. Estaban todos muy nerviosos y emocionados porque yo estaba a punto de nacer. A papi me consta que mientras esperaba solo en el hall, se le saltaron las lágrimas un par de veces, y es que estaba deseando verme el pobre.
Sobre las siete de la mañana pasaron a mamá al quirófano para ponerle la epidural. Buff… la pobre lo pasó fatal, le tuvieron que pinchar hasta tres veces. La primera lo hicieron mal, se le pasó el efecto de la anestesia rápidamente, en ese momento las contracciones eran muy fuertes, le dolía mucho. La segunda vez que la pincharon se le salio el catéter, así que como si nada. Menos mal que, casualmente, estaba por allí un señor ginecólogo, muy guapo por cierto, que se llama Toño (amigo de la familia), que se portó fenomenal con nosotras. Consiguió que a mami la pasasen una tercera vez al quirófano para ponerle de nuevo la anestesia y por fin acertaron: mama ya no sintió ningún dolor a partir de ese momento. Fue entonces cuando yo empecé a bajar por el útero de mi madre. Recuerdo que sobre las 11 de la mañana las contracciones ya eran muy numerosas, constantes y fuertes, ya se veía la luz. Mientras tanto papi estaba allí con nosotras, haciéndonos compañía y pendiente de todo.
Sobre las 12 el doctor Nebreda y Domingo, el matrón que nos asistió, un señor muy simpático y también guapo, decidieron que era el momento de pasar al potro del paritorio. Domingo nos amenizó el parto con un poquito de música, todo fue fenomenal, mama empujo muy bien y yo cogí carrerilla y en 10 minutos estaba fuera. Eran exactamente las 12 y 50 del mediodía. Fue entonces cuando se lió la gorda, allí todo el mundo lloraba… papa, mama… pensé que había hecho algo mal, pero que va, estaban llorando de alegría al verme. Papa, con ayuda del doctor Nebreda, me corto el cordón umbilical, luego Domingo me cogió rápidamente y me llevo para que tres señoras, que eran pediatras, me examinaran. Me cogían, me levantaban, me ponían del derecho, del revés… mi padre no paraba de mirarme mientras tanto. Estaba perfectamente, me aspiraron los moquitos y me limpiaron bien todo mi cuerpecito. Mi papi me vigilaba constantemente para que no me pasase nada. Luego me vistieron y me pusieron en manos de mi madre, la pobre lloraba desconsoladamente, y es que estaba muy feliz de que por fin estuviese a su lado. Después fue papá quien me cogió, me miraba emocionado mientras yo permanecía quieta con los ojitos abiertos, fue todo muy bonito. Pesé casi cuatro kilos y medí 53 cm, cualquier cosa. A la pobre de mami le tuvieron que dar un montón de puntos por mi culpa, pero se ve que ella estaba tan feliz que no le importaba nada de nada.
Sobre la 1 y 30 salimos los tres del paritorio, mami me llevaba cogida en sus brazos, allí estaban todos esperándonos emocionados, los abuelos, los tíos… todo el mundo me hacía fotos, yo estaba muy contenta. Por fin había nacido "

Un beso a todos los papás del mundo, especialmente al mío y al de Pía.
Y para tí mamá, un beso, un abrazo y un achuchón que para eso es tu día!
Un carro de besos y buen finde!!!